EL PODER DE LAS ACCIONES DE CRECIMIENTO

Share on facebook
Share on email
Share on twitter
Share on linkedin

En el post de hoy vamos a ver un resumen de los aspectos más destacables del libro “Benjamin Graham y el poder de las acciones de crecimiento”, de Frederick K. Martin.
¡COMENZAMOS!

Benjamin Graham, para quien no lo conozca, fue uno de los mentores de bolsa más influyentes del siglo XX. Trabajó como profesor, autor y corredor de bolsa, y se le conoce por ser el maestro y mentor de Warren Buffett, además de ser el autor de “El inversor Inteligente”.

El autor del libro, Frederick K. Martin, es presidente y director de inversiones de Disciplined Growth Investors, y en el libro nos cuenta cómo a día de hoy siguen usando la metodología de Graham para encontrar acciones de crecimiento que les pueda dar un beneficio del 12% anualizado.

Hace una distinción entre las empresas de valor y de crecimiento, siendo las de valor compañías maduras que crecen más lentamente que las compañías medias, y las de crecimiento las que crecen a un ritmo muy superior a la media, y que se espera que lo sigan haciendo.

Tal y como comenta, todo inversor debe enfrentarse a dos preguntas clave:

  • ¿qué tipo de empresa estoy adquiriendo?
  • ¿he incorporado un margen de seguridad adecuado en la compra de dicho valor?

Con ello, dice que hay que hacer mucho hincapié en varios puntos a la hora de invertir.
Los principales puntos del libro son:

  1. El interés compuesto
  2. Detectar ventajas competitivas
  3. La fórmula de Graham
  4. La tasa crítica de rentabilidad
  5. El margen de seguridad
  6. Seguir una estrategia
  7. Invertir a largo plazo

El interés compuesto es un principio de inversión importantísimo. Consiste en el interés pagado sobre el interés obtenido en períodos anteriores, así como sobre el principal. Aunque pequeño al principio, los rendimientos pueden ser increíbles con el tiempo.

Tres inversores (A, B y C), con una inversión inicial de 100.000 dólares cada uno, el inversor A obtendrá un 5% anual compuesto, el inversor B un 7% y el C un 9%.
A los 5 años, las diferencias empiezan a ser sustanciosas, y a los 30 espectaculares

A los 5 años el inversor A tendrá 127.628 dólares, el B 140.255, y el C 153.862 dólares. El C tiene casi un 10% más que el B y alrededor de un 20% más que el A.
Si además nos vamos a 30 años, veamos qué sucede.

 

En 30 años la diferencia es abismal. El inversor C tendría un capital de 1.326.767 dólares, mientras que el B tendría 761.225 y el A 432.194 dólares.
Estamos hablando que entre el A y el C hay un 306% de diferencia.

Es la magia del interés compuesto.

El siguiente punto es identificar ventajas competitivas de las empresas.

El crecimiento es un componente crítico de creación de valor a largo plazo, pero concentrarse exclusivamente en él, ignorando la calidad del modelo de negocio subyacente, puede ser una inversión peligrosa.

Hay varias ventajas competitivas a tener en cuenta:

  • Un ventaja competitiva sostenible
  • Barreras competitivas
  • Excelencia operacional
  • Evitar el crecimiento desfavorable
  • Buena administración

Una ventaja competitiva sostenible es un conjunto permanente y único de capacidades y dinámicas sectoriales que ofrecen a la compañía una probabilidad mayor de ganar junto a los clientes. Es decir, una mejor gestión del dinero, aumentando márgenes y disminuyendo gastos.

Las barreras competitivas son básicamente obstáculos que los competidores deben derribar para participar en el juego. En muchos casos dichas barreras crean cuasi monopolios que dejan a los competidores potenciales fuera del mercado.

En cuanto a la excelencia operacional, se basa en que una compañía de gran crecimiento no se obsesione con ser la más grande, sino en ser la mejor. Por consiguiente, mantiene una focalización tenaz en una ejecución de negocio constante de alta calidad.

Evitar el crecimiento desfavorable se refiere a que los inversores deberían ir con cuidado con las iniciativas de crecimiento que dependan de la integración de empresas adquiridas de gran tamaño o que se aparten de la misión esencial de la compañía.

Una buena administración quiere decir que el equipo directivo de la compañía tiene que saber que no están allí para su provecho personal. Tienen que entender que son cuidadores de los activos de los verdaderos propietarios de la empresa: los accionistas, y hay que analizar sus medidas.

Una vez se hayan identificado las compañías que poseen una ventaja competitiva sostenible, el paso siguiente consiste en establecer un valor para dichas compañías con el objeto de que pueda determinar el precio óptimo a pagar por dichas acciones.

La fórmula tiene que aplicarse solamente una vez cuando se valoren compañías con un escaso crecimiento. Las compañías con crecimiento requieren que se aplique 2 veces: una estimación del valor intrínseco de hoy, y otra del valor intrínseco del futuro.

 

El cálculo del valor intrínseco (VI) presente ofrece una instantánea actual de la compañía. Muestra cómo opera y ayuda a determinar el valor futuro de la empresa. El cálculo del VI futuro proporciona un dato clave para tomar una decisión de compra, venta o mantenimiento.

En el libro aconsejan elaborar un modelo financiero a 7 años vista, no a 10 como se suele hacer, de cada compañía. También especifica que a partir del séptimo año se le da una tasa de crecimiento prevista después de 7 años del 7%.

El siguiente paso es establecer una tasa crítica de rentabilidad. Para invertir con éxito, hay que saber qué rendimiento queremos recibir para cumplir con nuestros objetivos financieros. El autor del libro la tiene en el 12%, admitiendo que es muy ambiciosa.

La tasa crítica de rentabilidad es clave para ayudarte a determinar el precio que tienes que pagar por cada acción que compres, con el objetivo de alcanzar tus metas financieras.
Ello lleva al siguiente paso: incorporar un margen de seguridad. El margen de seguridad es la diferencia existente entre el valor intrínseco de una acción y su cotización de mercado.

 

En otras palabras, una acción que se negocia significativamente por debajo de su valor intrínseco, goza de un amplio margen de seguridad, mientras que una acción que se negocia a su valor intrínseco o por encima de éste, no tiene margen de seguridad.

El margen de seguridad de la compañía no debería calcularse sobre el valor intrínseco actual de la acción, sino sobre el valor futuro. Cuando se fija un margen de seguridad, lo basan en su proyección del valor intrínseco de la empresa a siete años vista.

Otro dato importante es que hay que seguir la estrategia de construir una posición en una compañía a lo largo del tiempo, y no sólo de una vez.
Para ello hay que basarse en la volatilidad creada por Wall Street.

Una vez que se tenga una posición en una acción específica, hay que estar atentos a los momentos oportunos en los que la cotización cae para incorporarla a tu posición. La idea es mantener la posición cuando el precio repunta, y comprar más cuando el precio desciende.

Por último, las acciones se negocian diariamente, pero se trata de activos a largo plazo. A corto plazo los precios del mercado bursátil son aleatorios.  A largo plazo son inexorablemente eficientes.

Espero que os haya gustado el post resumen de tan fantástico libro. He de decir que no es para principiantes, pero lo recomiendo encarecidamente.

Si te ha gustado, dímelo en los comentarios y comparte para que llegue a más gente.

El conocimiento es poder.

Buena inversión.

Deja un comentario

Cerrar menú